Que Madrid es una ciudad con mucho arte es de todos sabido. Y que gran parte de ese arte se concentra en la “milla del arte” entre Atocha y el Paseo del Prado, también. De hecho, los museos localizados en esa parte de la ciudad copan los itinerarios turísticos, dejando muchas veces de lado la institución cultural más antigua de España: la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando - o como se llama cuando no se quiere decir un nombre tan largo, RABASF - que es el objetivo de nuestra visita de hoy.
Esta Academia, localizada en los inicios de la calle Alcalá - hasta hace poco, coto privado de sedes de bancos y aseguradoras - tiene como vecinos más representativos a la Real Casa de la Aduana y al edificio La Equitativa.
De impuestos va la cosa
El primero de ellos, sito en al nª9 de la misma calle, fue construido por Sabatini en el siglo XVIII, inspirándose en palacios italianos, con el propósito de sustituir a la antigua Casa de la Aduana que se había quedado pequeña. El edificio ahora alberga al Ministerio de Hacienda, con lo que sus funciones han cambiado poco con el tiempo.
Ministerio de Hacienda / Real Casa de Aduanas |
La mayoría de los turistas que caminan a su lado, deseosos de llegar a la Puerta del Sol que se abre a pocos metros y hacerse unas fotografías con el oso y el madroño (los adultos) y con los Bob Esponja y Mickey Mouse que deambulan por la plaza (los niños), pasan ante él sin fijarse siquiera. No obstante, desde el punto de vista arquitectónico, es destacable la rareza de combinar la piedra con el ladrillo visto en su fachada, así como su segunda altura, compuesta por ventanales rematados con formas triangulares y redondeadas alternativamente, y de la que sobresale una gran balconada con detalles renacentistas y neoclásicos.
En la Guerra Civil, y mientras el Gobierno de la República se exiliaba en Valencia, el inmueble sirvió como sede del Estado Mayor y de la Junta de Defensa de Madrid. Como tal, sus subterráneos se utilizaron como prisión, búnkeres para los altos mandos, e incluso se crearon vías de escape, como la puerta en los sótanos que conducía directamente a los andenes del Metro. Que no se entusiasme quien lea esto y crea que puede pasar de un sitio a otro, ya que actualmente está tapiada 😲
Un palacio, un banco, un hotel
Palacio, banco, hotel....¿qué será lo siguiente? |
La siguiente parada de nuestro paseo, al otro lado de la calle Alcalá, se la conoce por muchos nombres: Palacio de la Equitativa (cuando se construyó a finales del siglo XIX por la aseguradora del mismo nombre), sede del Banco Español de Crédito (cuando lo compró en 1920), o un hotel de lujo desde el 2020 cuando tras una gran remodelación se abrió al público como tal.
El edificio es de un estilo neoclásico bastante ornamentado. Lo más llamativo de su fachada es la maravillosa cerrajería de sus grandes puertas, así como sus espléndidas farolas, todas ellas con detalles gaudianos, que le proporcionan una estética muy particular.
El torreón que domina la unión de las calles Alcalá y Sevilla, con sus alegorías del Pasado y el Porvenir es otro de los elementos representativos del Palacio, junto con la recientemente abierta terraza en el ático. Aunque a mí personalmente lo que más me ha impresionado son los 20.000 € que cuesta pasar la noche en le Suite Presidencial del hotel. 😮
Por fin llegamos a la parada ”estrella” del día, la RABASF. Es considerada por muchos expertos - tanto por la cantidad como por la calidad de sus obras - como la segunda pinacoteca madrileña, abarcando sus fondos artísticos 5 siglos y diferentes escuelas. Pero por muy bueno que sea su museo - que lo es - la RABASF tiene mucho más que ofrecer, y eso es lo que vamos a descubrir en esta visita.
El palacio de Goyeneche
Si retrocedemos un poco en el tiempo, concretamente a inicios del siglo XVIII, podemos ver que el inicio de la calle Alcalá no es como es hoy en día: despoblada y con algunos mesones de mala reputación frecuentados por personas de dudoso honor, mientras que la mayoría de la población se concentra en un cinturón entre la Puerta del Sol y el Alcázar (ahora Palacio Real). Pues en esta zona es donde Don Juan de Goyeneche - a la sazón tesorero secreto de Carlos II y conocido por ser el fundador de Nuevo Baztán y del primer polígono industrial español - encarga la creación de su palacio a su amigo José de Churriguera. Dado el apellido del arquitecto, se puede suponer el estilo en el que lo construyó.
Pocos años después se produce el incendio del Alcázar de Madrid, con diversidad de teorías sobre su origen, muchas de ellas apuntando como provocador del incendio al mismísimo rey Felipe V, a quien le gustaban más los palacios de estilo versallesco que el oscuro Alcázar. Ni corto ni perezoso, el rey empieza la construcción, ahora sí, de un palacio más de su gusto, al que había que dotar de elementos artísticos a su altura.
Fue entonces cuando se vio que la estructura de gremios en el sector artístico no era ya adecuada y se necesitaba una enseñanza regulada como se venía haciendo ya en otros países europeos. Y así nace la RABASF, que creció tan rápidamente que pronto se tuvo que mudar de su emplazamiento original al palacio Goyeneche en 1773, compartiendo ubicación los primeros años con el Museo de Ciencias Naturales. Desde ese año, la fachada - totalmente churrigueresca - ha sufrido muchos cambios, de orientación neoclásica en su mayoría, quedando poco de la original.
Desde sus inicios, la Academia reconoció las actividades de Pintura, Escultura, Grabado y Arquitectura, añadiéndose posteriormente otras como Música o Artes de la Imagen. Para disfrutar de la primera lo recomendable es visitar su Museo, mientras que de las dos siguientes conoceremos algo más en el paseo de hoy por los secretos de la RABASF.
Escultura
Nada más subir las escaleras al primer piso, lo primero que nos encontramos es el Angel Caído de Ricardo Bellver, a la postre alumno de esta Academia y que realizó esta obra al final de su tercer curso. Naturalmente, esta no es la obra original, sino una copia en resina de poliéster de la que se puede ver en el Parque del Retiro.
El Angel Caído, de Ricardo Bellver |
Esta obra es una atracción turística en sí misma, y prueba de ello son las copias a escala (y en color) que se pueden adquirir en la tienda de la Academia para llevárnosla como recuerdo a casa.
Reproducciones a escala de El Angel Caído |
Las esculturas que pueden verse en la Academia provienen en su mayor parte, como es lógico, de obras realizadas por los propios estudiantes. Pero también proceden de otras fuentes, como las obras de arte que se salvaron de la quema del Alcázar, las esculturas de yeso que trajo Velázquez desde Italia, como Laocoonte y sus hijos.
Laocoonte y sus hijos, copia en yeso importada desde Italia por Velázquez |
Asimismo, durante los siglos XVIII y XIX, la Academia era el único centro cultural al que recurrir para guardar obras de arte de conventos, de compras reales, de donaciones, etc. Todo ello ha contribuido a que la Academia albergue la mayor gipsoteca (colección de reproducciones en yeso) de Europa.
El vaciado como arte
Según el diccionario, vaciado es ”el procedimiento consistente en fabricar un objeto llenando un molde con un metal derretido u otra sustancia blanda”. En la práctica, este es el método que se utiliza para ”copiar” esculturas. Y si alguien sabe de esto, es la Academia, que tiene uno de los más reputados talleres de vaciado de España.
Bajamos al taller de vaciados |
Bajamos una escalera que conduce a las estancias inferiores, y las paredes ya nos hablan de relieves, bustos y caras enyesadas. Al final de la escalera llegamos al taller, donde podemos observar una estantería con diferentes manos y una mesa inmensa donde se realizan los trabajos de vaciado.
Taller de vaciados |
A pesar de lo que podamos pensar, el trabajo de una copia no termina al sacar la estructura del molde, ya que se quedan ”cicatrices” de las juntas del molde (muchas veces el molde no es solo una pieza, sino la unión de varias, pueden ser hasta 1000) y empieza la tarea de lijado. Pero más vale un video que 1000 palabras.
Puede no parecerlo, pero la copia de esculturas tiene su mercado, y se pueden adquirir en la Academia on-line o por encargo. Las demandan tanto particulares como instituciones, hoteles o tiendas de lujo para sus escaparates, siendo los bustos clásicos lo más deseado.
Vaciados de relieves de la columna de Trajano |
Finalmente, y aunque nos hicimos alguna foto, conseguimos salir de esta zona sin que rompiésemos ninguna estatua de yeso, como ya le ha pasado a alguno por ahí...
La calcografía
La Academia alberga asimismo el Departamento de Calcografía Nacional, técnica que se generalizó desde tiempos de Carlos IV para ahorrar el coste de impresión de documentos oficiales. Durante la visita, podemos observar y sentir al tacto diferentes tipos de papel sobre los que se elaboran los grabados, así como ejemplos de planchas de calcografía.
Para realizar las calcografías de los peces, por ejemplo, lo primero que se hace es disecar el pez, dibujarlo y luego calcarlo, con el siguiente resultado:
Calcografía de una especie de pez |
El archivo de la Academia guarda más de 9000 planchas y unos 50.000 grabados, sobresaliendo de entre todos, los grabados de Goya.
Goya: Académico, crítico y donante
Tras dos intentos fallidos, Goya ingresa finalmente en la Academia en 1780, siendo desde los inicios muy crítico con el método de docencia impartido, plasmando sus desavenencias en su ya conocido Informe sobre el estado de la enseñanza de las Bellas Artes de 1792.
El gran legado de Goya a la RABASF es su colección de grabados, 228 en total, divididos en las series de los Cuadros de Velázquez, los Caprichos, los Desastres de la Guerra (donde de forma imparcial retrata las crueldades de ambos bandos durante la Guerra de la Independencia), Tauromaquia y los Disparates, estos últimos ya en su última época en la que se encontraba golpeado por las enfermedades.
El punto final a la visita lo constituye la Sala de Juntas, donde participan académicos por cada rama de arte, por cada región, o incluso por cada país (la Academia tiene delegados más allá de nuestras fronteras) y se toman todas las decisiones que afectan a la institución. Una particularidad es que la sala debe de estar presidida por un retrato del rey en ese momento.
Sala de Juntas de la Real Academia |
A través de una puerta de esa sala accedemos a otra habitación, más pequeña, donde los académicos se reúnen de modo informal y que esconde algunas sorpresas, como la capilla original del palacio de Churriguera, que conserva el Cristo Crucificado de Pompeo Leoni, y un cristo más pequeño, procedente de las Descalzas Reales y creado a partir de un único cuerno de marfil.
En esta sala también se encuentra una mesa bastante curiosa, puesto que sirve como ”muestrario” de los diferentes tipos de mármoles que se les daba a elegir a los clientes.
Mesa "muestrario" de tipos de mármoles |
Antes de irnos y volver a la calle Alcalá, después de esta visita tan larga y con la excusa de ir al baño, damos un somero vistazo al Museo, con la esperanza de visitarlo en nuestra próxima visita a la RABASF, que esperamos sea pronto.
Entrada Museo Academia |
Como siempre, hay enlaces a lo largo del texto para los que quieren saber más... 😎. El recorrido de hoy no ha sido de los más largos que hemos hecho, pero interesante como el que más.
Recorrido de la visita de hoy |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres comentar algo sobre esta visita? Escríbelo aquí y te contestaré lo antes posible